Adhesivos, colas y siliconas forman parte de un sector fascinante, diverso y muy competitivo. Se trata de un mercado donde muchos intentan abrirse camino, pero son pocos los que logran consolidarse con éxito en todas las áreas.
Uno de los principales obstáculos es la fuerte presencia de marcas blancas, sobre todo en el segmento de siliconas, muy visibles en tiendas de pintura y bazares. Ganar espacio frente a estos competidores resulta complejo: su variedad es enorme y suelen acumular demasiado stock, lo que deja poco margen a la entrada de nuevas opciones.
Las grandes marcas no solo compiten en costes. Definen tendencias en investigación, diseño, posicionamiento y presentación en el punto de venta. Además de la calidad del producto, influyen elementos como la puesta en escena en tienda, el material promocional (PLV) y los consejos dirigidos a consumidores y profesionales.
El precio por sí solo no garantiza el éxito, especialmente en un producto con caducidad. Si no se vende a tiempo, se convierte en pérdida, y eso dificulta aún más la rentabilidad.
La saturación en los lineales provoca confusión: muchos productos se parecen demasiado entre sí. Al consumidor le cuesta diferenciar cuál es la opción más adecuada, y en demasiadas ocasiones acaba eligiendo sin convicción, con el riesgo de no comprar lo que realmente necesita.
Este exceso de oferta recuerda a las neveras de yogures: antes había tres o cuatro variedades; hoy la elección requiere casi un máster. Lo mismo ocurre con adhesivos y siliconas: el cliente necesita orientación, información clara y un lineal bien estructurado para tomar decisiones seguras.
En muchas tiendas, esta categoría está poco cuidada: stocks elevados, escasa diferenciación y poca relevancia estratégica. Para el consumidor, todo parece lo mismo. Esa típica frase de “me llevo este” refleja un problema serio: comprar sin conocer el rendimiento real ni si el precio es justo para lo que se necesita.
Aunque complejo y saturado, este mercado sigue siendo apasionante. Requiere paciencia, dedicación y una estrategia clara por parte de fabricantes y distribuidores. El asesoramiento, la innovación en gama y la capacidad de diferenciarse son claves para abrirse camino.
Frente a la masificación y la falta de especialización, también se abren oportunidades: hay espacio para quienes quieran crear una marca con identidad, aportar valor y guiar al consumidor hacia la mejor solución.
Fuente contenido e imagen: Interempresas.net
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